Daron Acemoglu, premio Nobel de Economía 2024, plantea un llamado urgente hacia una agenda de inteligencia artificial (IA) centrada en el bienestar humano. En su visión, el enfoque actual de desarrollo de IA podría llevarnos a un escenario negativo: pérdida masiva de empleos, desinformación generalizada y manipulación social. Este escenario no solo representa un peligro para trabajadores y la estabilidad política, sino también una oportunidad desaprovechada para utilizar la IA como herramienta transformadora y constructiva. Frente a ello, Acemoglu propone una alternativa más prometedora: una IA que complemente a los trabajadores, respete la privacidad, fortalezca la democracia y mejore la calidad de la información.
El economista identifica tres obstáculos clave para lograr una IA prohumana. El primero es la obsesión con la inteligencia artificial general (IAG) en lugar de considerar la IA como una tecnología de apoyo a los trabajadores. Este sesgo deriva de una subestimación del talento humano por parte de líderes tecnológicos, quienes priorizan soluciones que sustituyen personas en lugar de potenciar sus capacidades. El segundo obstáculo es la falta de inversión en formación y capacitación humana. Para que la IA sea una herramienta de empoderamiento, es necesario dotar a estudiantes y trabajadores de habilidades para convivir y aprovechar sus capacidades.
El tercer obstáculo radica en los modelos de negocio predominantes en la industria tecnológica, que priorizan el desarrollo de tecnologías que reemplazan y manipulan a los humanos. Las grandes empresas del sector concentran el poder y limitan las oportunidades para nuevos actores que promuevan modelos más éticos y sostenibles. Acemoglu argumenta que estas dinámicas dificultan el surgimiento de alternativas alineadas con el interés público.
Para las consultoras tecnológicas, estas reflexiones son un llamado a la acción. Su rol puede ser crucial en la promoción de soluciones tecnológicas éticas que complementen el trabajo humano y apoyen la formación. Desde la asesoría en estrategias corporativas hasta el diseño de herramientas innovadoras, las consultoras tienen la oportunidad de liderar un cambio hacia una IA más inclusiva y sostenible. Este enfoque no solo responde a una necesidad social, sino que también puede abrir nuevas vías de negocio al posicionarse como pioneras en un mercado que demanda tecnologías responsables y prohumanas.